DMAE

DMAE: causas y consecuencias

También conocida como degeneración macular, se trata de la alteración degenerativa de la parte central de la retina, que también se conoce como mácula y es responsable de la visión central. La causa que la provoca de momento es desconocida, aunque sí se sabe que la edad del paciente es uno de los principales factores de riesgo.

La mácula es la encargada de permitirnos leer, ver la televisión o reconocer las caras de las personas. Actualmente, es la principal responsable de los casos de ceguera en las personas mayores de sesenta años. Pero lo curiosos es que la visión periférica se mantiene sin alterar, por lo que los pacientes pueden manejarse sin ayudas para las tareas cotidianas.

Causas de la degeneración macular

Además del factor de la edad que ya hemos comentado, también existe predisposición familiar que se puede heredar de generación en generación. Desde la Universidad de Navarra han sido capaces de desarrollar un test genético para saber si existe el riesgo de poder transmitir a los hijos.

También existen factores ambientales que pueden aumentar la predisposición a la enfermedad. El tabaco y la dieta son los más importantes, pudiendo hacer un efecto protector con una dieta rica en vitaminas, minerales, luteína y omega 3.

Síntomas de DMAE

Es importante saber que esta enfermedad solo afecta a la visión central, por lo que su pérdida imposibilita leer con ese ojo o incluso reconocer las caras de las personas. No se conocen casos aún de personas que hayan perdido la visión completamente.

Los primeros síntomas que comienzan a aparecer son la visión torcida de objetos y la aparición de manchas negras, por lo que se recomienda acudir de manera urgente al oftalmólogo.                                                                                                                                                                                                                                                                                  

Tipo de degeneración macular

Forma seca: es la más frecuente y se desarrolla de manera más lenta. Se produce una atrofia de la zona macular.

Forma húmeda: con una evolución mucho más rápida y de peor pronóstico. Se acumula líquido debajo de la mácula, y comienza a aparecer la visión ondulada de las líneas rectas y la disminución de la visión central.

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